A mi hijo pequeño le encantan, y cuando hay croquetas hace siempre la misma pregunta ¿son de las negras? Y eso que le gustan todas. Incluso me ayuda en la limpieza de los txipirones, les quita la piel... y después cuando las come están el doble de buenas claro está. Hay que aprovechar cuando hay alguna oferta interesante para hacer croquetas, txipirones y después poder congelar.
ingredientes
400 g de calamares
50 g de mantequilla
50 g de harina
leche y caldo 500 ml
2 sobres de tinta
2 cebolletas pequeñas
aceite
elaboración
Limpiamos bien los calamares, si guardamos la tinta después solo necesitaremos una bolsita. Los picamos muy pequeñito
En una sartén con un poco de aceite salteamos los trocitos de calamar con un poco de sal. Los escurrimos y el agua que hayan soltado la reservamos.
En otra sartén ponemos a pochar la cebolleta, también muy picadita, cuando esté escurrimos y reservamos. En un vaso batidor ponemos un poco de caldo frio con una pizca de sal gorda los sobrecitos de tinta, lo trituramos, colamos y reservamos.
A esta mezcla le añadimos el resto de caldo y leche hasta hacer los 500 ml.
Para la besamel, ponemos a fundir la mantequilla, le añadimos la cebolla picada y la harina que rehogaremos durante unos minutos, pero sin dejar que tome color. A esto vamos echando poco a poco el liquido que tenemos, sin dejar de remover y lo cocinamos unos 15 minutos momento en el que incorporamos los trocitos de calamar y dejamos hacer otros 5 minutos más.
Toda esta masa la echamos en una fuente formando una capa por lo menos de un par de centímetros para después formar mejor las croquetas. Lo tapamos con papel transparente para que no se forme costra y dejamos enfriar bien en la nevera.
Cuando esté, vamos formando las croquetas, también quedan muy bien con forma de cuadradito, pasamos por harina, huevo batido y pan rallado. Las freímos en abundante aceite caliente, cuando estén doraditas las sacamos y dejamos escurrir en papel de cocina y a disfrutarlas.
Cuando se frien en freidora y se revientan es porque sacamos el cestillo para ver si están hechas y si no lo están las volvemos a meter y es en el momento que revientan al ponerse de nuevo en contacto con el aceite, por lo que no sacar hasta que estén tostadas.
Si antes de freírlas vemos que se nos han humedecido, las pasamos de nuevo por pan rallado y listo.
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