Las croquetas, son como la tortilla de patata, gustan a casi todos, y se pueden hacer de lo que queramos, pollo, coliflor, jamón, patata, huevo, carne, marisco, calamares, chorizo, calabaza, espinacas, champiñones, de verdel, mejillones ... la lista puede ser bien larga, ¿te animas a hacerlas? Las de hoy son de bacalao en salazón aprovechando los recortes de una bacalada, los trozos "buenos" nos los comimos al pil-pil y a la vizcaína, aunque se pueden hacer también aprovechando lo que nos sobre de estas recetas, aunque esta vez lo único que he aprovechado son las salsas.
ingredientes
400 g de bacalao desmigado y desalado
1 litro de leche
100 g de harina
100 g de mantequilla o aceite
1 cebolla pequeña
elaboración
En un poco de aceite ponemos a pochar la cebolla, sin dejar que tome color. Cuando esté hecha, la escurrimos y reservamos.
Salteamos un poco el bacalao con un poco de aceite y reservamos.
En una cazuela grande ponemos la mantequilla a fundir, echamos la cebolla y la harina, cocinándola unos minutos para que pierda su sabor a crudo. Vamos incorporando la leche poco a poco sin dejar de remover, para que no nos salgan grumos. Así, hasta terminar con la leche. Seguimos revolviendo esta salsa besamel por lo menos durante 15-20 minutos, así nos quedará la masa más rica, por lo que tenemos que tener cuidado para que no se nos pegue. Un poco antes de terminar la cocción incorporamos el bacalao que hemos salteado mezclándolo todo muy bien. Probamos y se hiciera falta añadimos un poco de sal.
Extendemos esta masa en una fuente amplia, no tiene que quedarnos una capa fina, por lo menos 2 centímetros de grosor para poder formar mejor las croquetas. Para que en la parte superior no se nos forme una costra, bien la untamos con un poco de aceite o bien ponemos un film transparente, bien pegado a la masa. Dejamos enfriar bien, después vamos dando forma a las croquetas, pasamos por harina, huevo y pan rallado. Freímos en abundante aceite muy caliente y dejamos escurrir bien sobre papel de cocina.
Tenemos que tener cuidado de que no se humedezcan una vez hechas, si se humedecen se arregla pasándolas de nuevo por pan rallado antes de freírlas.
Por supuesto se pueden hacer con cualquier otro pescado.
A veces cuando freímos croquetas, sobre todo en freidora, se nos revientan, eso es, por sacar el cestillo del aceite y volverlo a meter al ver que no están hechas, al contacto de nuevo con el aceite es cuando revientan, así que ya sabeis, no sacar hasta que no estén hechas y no hacer muchas a la vez para que el aceite no pierda temperatura.
Admiten perfectamente la congelación, por lo que podemos hacer cantidad y así poder tenerlas siempre a mano. Para ello las congelamos encima de una superficie dura, que no se toquen, y una vez congeladas se ponen todas en una bolsa, intentando sacar bien el aire. Si hacéis croquetas que lleven huevo mejor no congelar pues el huevo se queda acartonado.
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