5 ago 2011

guindillas en vinagre


Las más famosas son las de Ibarra (Gipuzkoa), de reconocida fama por su sabor y ternura, conocidas como "los langostinos de Ibarra" e incluso algún cocinero las llama "las angulas de Ibarra", pero en mi caso no son de Ibarra, son las angulas verdes de nuestra huerta, también con una piel fina, una carne tierna y con un sabor suave, que poco tienen que envidiar a las de Ibarra.


Como en todos los productos hay que aprovechar su temporada por eso la importancia de las conservas, son un recurso ideal para disponer de alimentos fuera de temporada. Así que en temporada las comemos fritas como guarnición, como si fueran pimientos verdes o como un ingrediente más para enriquecer un buen bocadillo, otra opción excelente es prepararlas en tempura como pincho estupendo o también como guarnición y por supuesto hacemos esta conserva, bien sencilla, es súper fácil, no nos llevará mucho tiempo y con un resultado fabuloso que nos permitirá disponer de guindillas durante todo el año. Es una conserva que junto con las mermeladas siempre se ha hecho en casa. 
Es el acompañamiento perfecto para un plato de alubias, ambos ingredientes se unen a la perfeccción, en casa no se entendería comer alubias sin unas guindillitas. También nos servirán para hacer pinchos estupendos y para añadir a las ensaladas.



ingredientes

guindillas frescas
vinagre de vino
agua
garbanzos

elaboración

Preparamos los tarros para embotar las guindillas, estos tienen que estar esterilizados, para ello ponemos los tarros y las tapas en una cazuela con agua, dejamos cocer durante 20 minutos y luego los ponemos a escurrir boca abajo sobre un trapo de cocina, limpio por supuesto.
Elegimos las guindillas, las más grandes las dejamos para freír, y las lavamos. En una jarra ponemos dos partes de vinagre por una de agua. La concentración de vinagre no debe ser inferior a 6º ó 7º.





Una vez los tarros fríos ponemos en cada uno unos garbanzos, los rellenamos con las guindillas bien prietas y las cubrimos con el vinagre y el agua de la jarra, los tarros tienen que quedar bien cubiertos, una vez bien cerrados están listos para guardar. Almacenamos los tarros en un lugar fresco y oscuro, de día en día se puede ver como el vinagre hace su trabajo, las guindillas van cambiando de color y en dos o tres meses ya podremos consumirlas. En la foto se ven guindillas encurtidas del año pasado junto a las nuevas, se conservan perfectamente, aunque es recomendable consumirlas en el año ya que sino pierden su textura.
Los garbanzos sirven para que las guindillas no se oscurezcan, en casa se ha hecho siempre así y siempre ha dado buen resultado, hay quien pone ajo pero eso no lo he probado.


Si quereis ver las otras opciones, fritas o en tempura aquí tenéis los enlaces pinchando en la foto.

guindillas en tempura
guindillas fritas






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