5 feb 2013

croquetas de carne de cocido



Sobre todo por aquí en el norte, quien no ha comido los domingos de invierno un plato de sopa con fideos, alguna vez con arroz, seguida de un plato de garbanzos con berza y para terminar la carne del cocido, a mí me gusta que sea zancarrón, acompañada con tomate, con mucha cebollita pochada o en piperrada... y para terminar la comida un buen postre casero, os suena la tarta de manzana...

En alguna ocasión se hace este cocido, pero solo se come la sopa, con los garbanzos hacemos un buen potaje para otro día... y con la carne bien se hacen unas buenas croquetas como las de hoy, o se rellenan unos pimientos del piquillo, unas empanadillas...


ingredientes
50 gr de mantequilla
50 gr de harina
½ cebolla
500 ml de leche
200 gr de carne cocida
aceite y sal












elaboración 
En una sartén con un poco de aceite ponemos a pochar la cebolla bien picadita, en cuanto esté tierna y empiece a tomar color, la escurrimos y reservamos.
Picamos la carne cocida.
Para la besamel, ponemos a fundir la mantequilla, sin que se caliente demasiado, le añadimos la cebolla pochada y la harina que rehogaremos durante unos minutos, para que pierda su sabor a crudo, pero sin dejar que tome color. A continuación vamos echando poco a poco la leche caliente, sin dejar de remover, importante para que nos quede una besamel rica y sin grumos, así hasta terminar la leche y lo cocinamos unos 15 minutos con cuidado de que no se nos pegue, después añadimos la carne picada que tenemos en espera, lo mezclamos todo bien y dejamos cocinar todo otros 5 minutos más.




Ponemos esta masa a enfriar en una fuente, formando una capa de por lo menos un par de centímetros para después formar mejor las croquetas. Lo tapamos con papel transparente para que no se forme costra y dejamos enfriar bien en la nevera, mejor durante toda la noche, y una vez fría formamos las croquetas, que pasamos por harina, huevo batido y pan rallado, y las freímos en aceite bien caliente en el momento de comerlas, cuando estén doraditas las sacamos y dejamos escurrir en papel de cocina. Esta vez van acompañadas de unas patatas azules fritas, formando una tosta. Y por supuesto recordar que las croquetas se congelan de maravilla.



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