En casa cada vez tomamos más kefir, el tarrito con el que empezamos se ha convertido en tarro y bien grande, a nuestra ración diaria se va añadiendo el tener para hacer un bizcocho, para hacer un poco de queso... es un producto que no gusta a todo el mundo, pero en casa nos gusta a todos.
Cuando edité el bizcocho de nata os puse que podíamos cambiar la nata por queso, y aquí tenéis ese cambio, y como veis en el título con queso de kefir, quien no tenga kefir, puede hacerlo con queso mascarpone o con cualquier queso en crema.
250 g de queso de kefir
4 huevos tamaño "L"
200 g de azúcar
220 g de harina
100 g de aceite de girasol
1 sobre de levadura en polvo
una pizca de sal
200 g de azúcar
220 g de harina
100 g de aceite de girasol
1 sobre de levadura en polvo
una pizca de sal
elaboración
Precalentamos el horno a 180 ºC y preparamos un molde, en mi caso he usado uno profundo y redondo de 20 cm de diámetro, lo espolvoreamos con un poco de harina, eliminamos el exceso de esta golpeando un poco el molde.
En un bol ponemos los huevos junto con el azúcar y con ayuda de unas varillas eléctricas lo batimos bien hasta conseguir que blanqueen, a continuación añadimos el aceite y el queso de kefir, mezclándolo bien con lo anterior, cuando lo tengamos integrado añadimos poco a poco la harina tamizada junto con la levadura y la pizca de sal. Mezclándola con ayuda de una cuchara de madera o espátula.
Vertemos esta masa en el molde y lo horneamos durante 35-40 minutos, antes de sacarlo comprobamos que está hecho metiendo una varilla en el centro, si esta sale limpia lo sacamos, dejamos que repose unos minutos y lo desmoldamos sobre una rejilla para que se enfríe y si la varilla sale sucia lo dejamos en el horno unos minutos más, si vemos que coje mucho color en la superficie lo cubrimos holgadamente con papel de aluminio.
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