Una farsa que nos puede servir también para hacer canelones, lasaña, pastel de carne, rellenar verduras, pasta...
Además es una salsa que se conserva muy bien en el congelador, por lo que podemos tenerla ya preparada con mucha antelación. Como se ve en las fotos, la base de las pizzas son de color, la verde está hecha con espinacas y la naranja a base de calabaza.
ingredientes
225 g de masa de pizza
1/2 cebolla
1/2 pimiento verde
1/2 puerro
1 zanahoria
1 diente de ajo
200 g de carne picada
5-6 cucharadas de salsa de tomate
queso rallado al gusto
aceite, sal, pimienta y orégano
queso rallado al gusto
aceite, sal, pimienta y orégano
Preparamos la masa de pizza siguiendo estas propuestas.
Para preparar el relleno, en una sartén con un poco de aceite, ponemos a pochar a fuego suave la cebolla, el puerro, el pimiento, los dientes de ajo y la zanahoria todo bien picadito, sazonamos y lo dejamos hacer por lo menos 20-30 minutos, hasta que las verduras cojan un ligero color. Cuando tengamos la verdura pochada, añadimos la carne picada salpimentada y dejamos que se rehogue bien mezclándola con las verduras. Lo escurrimos todo para quitar la grasa y de nuevo en la sartén añadimos la salsa de tomate y el orégano, lo cocinamos unos 5 minutos para que se mezclen los sabores y ya tenemos listo nuestro relleno.
Una vez que hemos hecho la masa, la estiramos sobre una bandeja de horno ligeramente engrasada y repartimos la carne picada que hemos preparado. Espolvoreamos la pizza con el queso rallado, añadimos un hilillo de aceite de oliva y ponemos la pizza en el horno precalentado a 200 ºC, unos 15 o 20 minutos.
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