En esta epoca del año las habas frescas se encuentran en todo su esplendor, se trata de una legumbre muy versatil en la cocina, ya que se pueden hacer de muchas maneras, a la catalana, guisadas con jamón, con alcachofas... Si son muy tiernas se pueden cocinar con la vaina.
Siempre se han comido en casa, las comemos durante todo el año pues aunque en temporada se comen frescas, luego las tenemos congeladas. Es una de las cosas que he empezado a comer ya de mayor,
al igual que la mayoría de los críos a mí también me daba por decir que no me gustaban sin haberlas probado, cosa que he podido comprobar con mis hijos, que han pasado de no probarlas "porque no me gustan" a decir "cuándo pones habas?".
Las he preparado a la manera que ama las ha preparado siempre, estofadas, espero que os guste.
ingredientes
800 gr de habas (sin vaina)
torreznos (panceta)
2-3 dientes de ajo
perejil
pimienta negra
pimentón dulce
sal
sal
elaboración
Abrimos las vainas y vamos sacando las habas de su interior, ponemos agua a calentar (no demasiada) con un poco sal y cuando empiece a hervir introducimos las habas, las cocemos sin tapar durante 10-15 minutos o hasta que estén tiernas.
Cuando estén cocidas las escurrimos, NO tiramos el caldo, lo necesitaremos para el sofrito. Pasamos las habas a una cazuela y ponemos unos toques de pimienta negra molida. En un mortero machacamos los dientes de ajo con el perejil, se diluye con un vaso de caldo de la cocción de las habas.
Para el sofrito, en una sarten ponemos los trozos de tocino a dorar y dejamos que se tuesten bien, no necesitamos echar aceite pues el tocino soltará grasa. Desengrasamos bien la sartén, ponemos un poquito de harina que cocinamos un poco y una cucharadita de pimentón dulce, con cuidado de que no se nos queme, junto con lo que tenemos en el mortero. Todo este sofrito lo echamos encima de las habas cocidas y dejamos hervir a fuego suave unos 5 minutos.
habas
Es una legumbre que se puede consumir fresca o seca y dependiendo de esto su valor nutritivo y energético es muy distinto. Las habas frescas proporcionan 5 veces menos calorías que su equivalente desecado, un detalle a tener en cuenta, debido a su mayor cantidad de agua y al menor aporte de hidratos de carbono.Tanto frescas como secas, son un reservorio natural de fibra. Una ración de 250 gr de habas tiernas aportan la mitad de la cantidad de fibra que necesitamos al dia. La fibra además de resultar saciante, facilita el tránsito intestinal y ayuda a reducir la tasa de colesterol. Son una buena fuente de acido fólico, y si estás embarazada, una vitamina esencial en el desarrollo del feto. Al igual que la soja, las habas tambien destacan por su contenido en lecitina, una sustancia que refuerza la memoria, con este fin, conviene comerlas con huevo, en tortilla o revueltos.
Las vainas más frescas, se reconocen porque tienen un color verde intenso y porque al doblarse se rompen con facilidad. Las semillas de su interior deben tener, por el contrario, un color verde pálido. Fuera de temporada, se puede optar por las habas en conserva o las congeladas.
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