Los patés son un recurso estupendo para preparar un entrante o aperitivo, y si hay variedad en la mesa a nadie le importará. Por lo que hoy toca otra propuesta, para servir junto a unas tostaditas de pan y aunque no sea de los de mezclar y servir es muy sencillo de preparar.
ingredientes
200 g de setas
70 g de nueces tostadas
2 dientes de ajo
1 cebolla
30 g de mantequilla
sal, pimienta y tomillo
un chorrito de coñac
elaboración
Si no tenemos las nueces tostadas, las ponemos en una sartén a fuego suave, sin nada de aceite durante 10 minutos, removiéndolas de vez en cuando para que no se quemen. También las podemos tostar en el horno.
Limpiamos las setas, las lavamos sin dejarlas en remojo y las secamos rápidamente con papel de cocina; las colocamos sobre un paño. Pelamos la cebolla y los ajos. Ponemos a derretir en una cazuela o sartén la mantequilla y doramos en ella, a fuego suave, la cebolla y los ajos bien picados. A continuación añadimos las setas cortadas en láminas y rehogamos todo a fuego suave unos 5 minutos o hasta que hayan absorbido toda el agua. Ponemos sal, pimienta y espolvoreamos un poco de tomillo. Retiramos del fuego y echamos en el vaso de la batidora.
En la misma sartén o cazuela ponemos un chorrito de coñac, y de nuevo lo llevamos al fuego, dejamos que dé un ligero hervor, removiendo con una cuchara de madera para soltar todo lo que pueda quedar en la sartén. Se vierte en la batidora, junto con las nueces y se tritura despacio hasta formar una crema homogénea, removiendo para que se liguen bien todos los ingredientes. Colocamos en tarros, boles... y dejamos enfriar en la nevera bien cubiertos con film transparente para evitar que se seque la superficie. También se pueden cubrir con gelatina hecha con alguna mermelada.
Fuente: del cocinero Eneko Larrazabal (Sociedad Micológica de Portugalete)
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