El pollo es una carne que en casa gusta mucho a todos, es fácil y rápido de cocinar y lo podemos preparar de muchas maneras, por lo que la variedad de recetas es amplio. Una carne con muchas proteínas y poca grasa, la mayoría en la piel, la cual podemos retirar fácilmente antes de cocinarlo.
ingredientes
1 pollo troceado
1 cebolla
1 pimiento verde
250 g de pimientos rojos asados
75 ml del agua de los pimientos
perejil fresco picado
1-2 dientes de ajo
una cucharada de vino blanco
3 cucharadas de salsa de tomate
harina
aceite, sal y pimienta
elaboración
Una vez que tenemos el pollo limpio y troceado, lo salpimentamos y lo pasamos ligeramente por harina. Vamos friendo los trozos en una sartén con aceite caliente hasta que estén dorados, los sacamos y los colocamos en una cazuela grande.
En la misma sartén, y aprovechando el mismo aceite de dorar el pollo, pochamos la cebolla bien picada junto con el pimiento verde también troceado. Cuando esté tierno añadimos el perejil y el ajo machacado, el vino blanco y los pimientos rojos asados cortados en tiras con su caldo. Dejamos que se cocine todo unos minutos a fuego suave y agregamos la salsa de tomate.
Toda esta piperrada la ponemos en la cazuela junto con el pollo, removemos y ponemos a fuego bajo, en cuanto recupere el hervor, tapamos y dejamos hervir lento hasta que el pollo esté tierno y la salsa espese. El tiempo dependerá del tamaño de los trozos. Ponemos a punto de sal y dejamos reposar, para volverlo a calentar en el momento de servir. Este tipo de guisos ganan mucho con el reposo.
En la misma sartén, y aprovechando el mismo aceite de dorar el pollo, pochamos la cebolla bien picada junto con el pimiento verde también troceado. Cuando esté tierno añadimos el perejil y el ajo machacado, el vino blanco y los pimientos rojos asados cortados en tiras con su caldo. Dejamos que se cocine todo unos minutos a fuego suave y agregamos la salsa de tomate.
Toda esta piperrada la ponemos en la cazuela junto con el pollo, removemos y ponemos a fuego bajo, en cuanto recupere el hervor, tapamos y dejamos hervir lento hasta que el pollo esté tierno y la salsa espese. El tiempo dependerá del tamaño de los trozos. Ponemos a punto de sal y dejamos reposar, para volverlo a calentar en el momento de servir. Este tipo de guisos ganan mucho con el reposo.
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