Y de las zanahorias pasamos a los puerros, que rara vez faltan en mi nevera, y con los que hago un montón de cosas; tan sólo cocidos y acompañados de una mahonesa o vinagreta tenemos una ensalada de auténtico lujo, también son el ingrediente estrella en la vichyssoise, una crema que podemos tomar caliente o fría, o en la porrusalda, plato popular de la cocina vasca, que ademas de puerro lleva patatas y en el que a veces se incluye bacalao y/o calabaza o zanahoria. Pero además de estas recetas esta hortaliza también forma parte de: guarniciones, caldos, cremas o purés, gratinados, tartas o quichés, de arroces, pasta, tortillas, croquetas ... vaya que lo utilizo mucho.
ingredientes
4 puerros, 360 g
3-4 cucharadas de aceite
200 ml de nata para cocinar
1 cucharadita de maicena
4 huevos
2 docenas y media de mejillones
sal y pimienta
mantequilla para el molde
pan rallado para el molde
elaboración
3-4 cucharadas de aceite
200 ml de nata para cocinar
1 cucharadita de maicena
4 huevos
2 docenas y media de mejillones
sal y pimienta
mantequilla para el molde
pan rallado para el molde
elaboración
Precalentamos el horno a 180 ºC. Forramos un molde con papel de horno para facilitar el desmoldado, lo engrasamos y espolvoreamos con pan rallado. Reservamos.
Limpiamos los mejillones, y los ponemos en una cazuela con tapadera a fuego fuerte con un poco de vino blanco o simplemente con un poco de agua. Según se vayan abriendo los sacamos para que la carne del mejillón no quede correosa, los retiramos de la concha, los ponemos en un plato y picamos en trozos no demasiado pequeños. Reservamos el caldo.
Limpiamos también los puerros, los lavamos y cortamos en rodajas finas. Ponemos a calentar el aceite en una sartén, añadimos el puerro y lo sofreímos hasta que esté tierno. Añadimos un cazo del caldo de cocer los mejillones y dejamos reducir. No echamos sal al puerro porque el caldo de los mejillones queda salado.
Cascamos los huevos en un bol, añadimos la nata (que podemos cambiar por leche evaporada), la maicena, y lo batimos. Añadimos a esta mezcla el puerro y los mejillones, removemos y vertemos en el molde preparado. Metemos el molde al horno al baño maría y dejamos cocer unos 35-40 minutos o hasta que comprobemos que el interior está cuajado. Ya sabemos todos que cada horno es un mundo.
Dejamos reposar el pastel en el molde unos 15-20 minutos antes de desmoldarlo para que termine de cuajar, lo cortamos al gusto en porciones y servimos acompañado de una salsa mahonesa o de una salsa de tomate. Otra opción estupenda para servir de acompañamiento es una ensalada.
Para variar esta receta podemos sustituir los mejillones por gambas, por vieiras, por langostinos, por chaca o por cualquier pescado (merluza, atún, salmón...). También podemos hornear el pastel en tartaletas bien en tamaño individual o bien en tamaño grande, a modo de quiché.
Limpiamos los mejillones, y los ponemos en una cazuela con tapadera a fuego fuerte con un poco de vino blanco o simplemente con un poco de agua. Según se vayan abriendo los sacamos para que la carne del mejillón no quede correosa, los retiramos de la concha, los ponemos en un plato y picamos en trozos no demasiado pequeños. Reservamos el caldo.
Limpiamos también los puerros, los lavamos y cortamos en rodajas finas. Ponemos a calentar el aceite en una sartén, añadimos el puerro y lo sofreímos hasta que esté tierno. Añadimos un cazo del caldo de cocer los mejillones y dejamos reducir. No echamos sal al puerro porque el caldo de los mejillones queda salado.
Cascamos los huevos en un bol, añadimos la nata (que podemos cambiar por leche evaporada), la maicena, y lo batimos. Añadimos a esta mezcla el puerro y los mejillones, removemos y vertemos en el molde preparado. Metemos el molde al horno al baño maría y dejamos cocer unos 35-40 minutos o hasta que comprobemos que el interior está cuajado. Ya sabemos todos que cada horno es un mundo.
Dejamos reposar el pastel en el molde unos 15-20 minutos antes de desmoldarlo para que termine de cuajar, lo cortamos al gusto en porciones y servimos acompañado de una salsa mahonesa o de una salsa de tomate. Otra opción estupenda para servir de acompañamiento es una ensalada.
Para variar esta receta podemos sustituir los mejillones por gambas, por vieiras, por langostinos, por chaca o por cualquier pescado (merluza, atún, salmón...). También podemos hornear el pastel en tartaletas bien en tamaño individual o bien en tamaño grande, a modo de quiché.
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