Esta tarta lleva en su interior crema pastelera de calabaza, una receta que he hecho mezclando cosas de la tarta sueca de manzana, de la sagar opil y de la costrada de Aoiz. Las costradas más conocidas, como las de Soria o las de Alcalá, están hechas a base de hojaldre pero como veís también las hay a base de bizcocho.
Tarta que se puede comer bien templada o una vez fría, de ambas maneras está estupenda.
ingredientes
160 g de harina
40 g de almendra molida
200 g de azúcar
200 g de mantequilla
75 g de calabaza cocida
2 huevos de tamaño "M"
1 yema de huevo tamaño grande
una pizca de sal
un poco de canela en polvo
250 g de crema pastelera de calabaza
almendra laminada
elaboración
Preparamos la crema pastelera de calabaza y dejamos enfriar.
Precalentamos el horno a 180 ºC y forramos con papel de horno el fondo de un molde profundo y redondo de 20-22 cm de diámetro. Mejor si es desmontable. Todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente.
Para hacer la masa del bizcocho, ponemos en un bol la mantequilla junto con el azúcar y con ayuda de unas varillas batimos hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa. Añadimos los huevos, de uno en uno, batiendo bien entre uno y otro. La mezcla puede cortarse pero luego se arreglará al mezclar la harina. A continuación añadimos la calabaza aplastada con un tenedor y mezclamos. Por último incorporamos con movimientos suaves y envolventes, en un par de veces, la almendra molida y la harina tamizada junto con la levadura, la sal y la canela.
Se puede prescindir de la calabaza para lo cual en ese caso, hacemos una crema pastelera "normal" y para hacer el bizcocho seguimos la receta de la tarta sueca de manzana o de la sagar opil.
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