ingredientes
150 g de jamón serrano
50 g de harina
50 g de mantequilla
500 ml de leche
1/2 cebolla
aceite y sal
elaboración
En una sartén con un poco de aceite ponemos a pochar la cebolla bien picadita, en cuanto esté tierna y empiece a tomar color, añadimos el jamón bien picadito y lo rehogamos un poco. Escurrimos bien.
Para la besamel, ponemos a fundir la mantequilla en un cazo pequeño, sin que se caliente demasiado, le añadimos la cebolla, el jamón bien escurrido y la harina que rehogamos durante unos minutos, para que pierda su sabor a crudo, pero sin dejar que tome color. A continuación vamos echando poco a poco la leche, sin dejar de remover, importante para que nos quede una besamel rica y sin grumos, así hasta terminar la leche, probamos el punto de sal para no pasarnos ya que el jamón ya la aporta. Cocinamos la besamel a fuego suave durante unos 15-20 minutos como mínimo, con cuidado de que no se nos pegue al fondo de la cazuela.
Ponemos esta masa a enfriar en una fuente, formando una capa de por lo menos un par de centímetros para después formar mejor las croquetas. Lo cubrimos con papel transparente de cocina, y para que no se forme costra y para que no halla condensación tiene que estar en contacto con la masa, dejamos enfriar en la nevera, mejor durante toda la noche, y una vez fría formamos las croquetas, que pasamos por harina, huevo batido y pan rallado, y las freímos en aceite bien caliente en el momento de comerlas, cuando estén doraditas las sacamos y dejamos escurrir en papel de cocina.
Admiten perfectamente la congelación, por lo que podemos hacer cantidad y así poder tenerlas siempre a mano. Para ello las congelamos encima de una superficie dura, que no se toquen, una vez congeladas se ponen todas en una bolsa, intentando sacar bien el aire.
Si sustituimos la cebolla por puerro quedan también estupendas.
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