Las cremas son una buena forma de incluir verdura en la dieta de quienes las aprecian poco. La de calabaza, es una de las más populares y hoy le damos un toque diferente al acompañarla de arroz y queso. Siempre que se pueda hay que ir variando las recetas de siempre, salir de la rutina, no todo va a ser sota, caballo y rey...
ingredientes
500 g de calabaza
750 ml de leche
30 g de mantequilla
100 g de arroz
2 cucharadas de queso parmesano rallado
sal
elaboración
Limpiamos la calabaza, quitamos la corteza y si es necesario pepitas y filamentos y cortamos la pulpa en trozos.
En una cazuela vertemos la leche y la misma cantidad de agua, añadimos la calabaza cortada y ponemos a calentar. Cuando comience a hervir, sazonamos y cocemos a fuego moderado y con la cazuela tapada durante unos 20 minutos, hasta que la calabaza esté tierna.
Retiramos la cazuela del fuego, sacamos la calabaza del agua y la aplastamos con un tenedor. La devolvemos a la cazuela, añadimos el arroz y mantenemos la cocción otros 15 minutos más.
Retiramos del fuego, incorporamos la mantequilla y el queso rallado. Mezclamos bien y servimos enseguida.
El espesor de la sopa o crema siempre es cuestión del gusto personal. Se puede controlar fácilmente añadiendo si es necesario un poco de leche o agua, siempre caliente para no cortar la cocción.
Fuente: del libro "La buena mesa".
750 ml de leche
30 g de mantequilla
100 g de arroz
2 cucharadas de queso parmesano rallado
sal
elaboración
Limpiamos la calabaza, quitamos la corteza y si es necesario pepitas y filamentos y cortamos la pulpa en trozos.
En una cazuela vertemos la leche y la misma cantidad de agua, añadimos la calabaza cortada y ponemos a calentar. Cuando comience a hervir, sazonamos y cocemos a fuego moderado y con la cazuela tapada durante unos 20 minutos, hasta que la calabaza esté tierna.
Retiramos la cazuela del fuego, sacamos la calabaza del agua y la aplastamos con un tenedor. La devolvemos a la cazuela, añadimos el arroz y mantenemos la cocción otros 15 minutos más.
Retiramos del fuego, incorporamos la mantequilla y el queso rallado. Mezclamos bien y servimos enseguida.
El espesor de la sopa o crema siempre es cuestión del gusto personal. Se puede controlar fácilmente añadiendo si es necesario un poco de leche o agua, siempre caliente para no cortar la cocción.
Fuente: del libro "La buena mesa".
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