De nuevo otra receta de rosquillas, un dulce de masa frita muy popular (de ahí la cantidad de fórmulas que hay para hacerlo) y muy rico para hacer en cualquier época del año.
Estas de hoy las he hecho con ayuda de mi pinche pequeño, de esta manera es más divertido hacerlas.
ingredientes
2 huevos
100 g de azúcar
80 ml de leche
80 ml de aceite
50 ml de anís
ralladura de 1/2 limón
400-420 g de harina
1 cucharadita de levadura
azúcar para rebozar
aceite de girasol para freír
elaboración
Batimos ligeramente los huevos con el azúcar y añadimos poco a poco la leche, el aceite, el anís y la ralladura de limón. Para terminar vamos incorporando la harina con la levadura, lo mejor es añadir de entrada unos 300 g y una vez bien mezclada ver como está la masa, esta debe quedar compacta pero tirando a blanda y ligeramente pegajosa. La cantidad de harina variará según la marca que usemos ya que no todas absorben lo mismo, de ahí que en muchas recetas aparezca eso tan temido de "harina la que admita". También variará la cantidad según sea el peso de los huevos que pongamos.
Una vez que tenemos lista la masa, la dejamos reposar bien tapada unos minutos.
Tras este reposo nos engrasamos las manos con un poco de aceite y vamos cogiendo porciones de masa del tamaño de una pelota de golf, unos 15-20 gramos, hacemos bolitas y las dejamos sobre la encimera ligeramente untada con aceite o sobre un papel de cocina.
Mientras, ponemos a calentar abundante aceite de girasol en una sartén honda y cuando esté caliente, sin que llegue a humear, vamos cogiendo bolitas de masa y con el dedo hacemos un agujero en su centro, a medida que formemos las rosquillas las freímos en tandas hasta que estén doradas por ambos lados. El fuego no tiene que estar muy alto para que se hagan bien por dentro.
Cuando estén doraditas, las sacamos y colocamos sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite y antes de que se enfríen las rebozamos en azúcar.
Fuente: del blog El monstruo de las galletas
100 g de azúcar
80 ml de leche
80 ml de aceite
50 ml de anís
ralladura de 1/2 limón
400-420 g de harina
1 cucharadita de levadura
azúcar para rebozar
aceite de girasol para freír
elaboración
Batimos ligeramente los huevos con el azúcar y añadimos poco a poco la leche, el aceite, el anís y la ralladura de limón. Para terminar vamos incorporando la harina con la levadura, lo mejor es añadir de entrada unos 300 g y una vez bien mezclada ver como está la masa, esta debe quedar compacta pero tirando a blanda y ligeramente pegajosa. La cantidad de harina variará según la marca que usemos ya que no todas absorben lo mismo, de ahí que en muchas recetas aparezca eso tan temido de "harina la que admita". También variará la cantidad según sea el peso de los huevos que pongamos.
Una vez que tenemos lista la masa, la dejamos reposar bien tapada unos minutos.
Tras este reposo nos engrasamos las manos con un poco de aceite y vamos cogiendo porciones de masa del tamaño de una pelota de golf, unos 15-20 gramos, hacemos bolitas y las dejamos sobre la encimera ligeramente untada con aceite o sobre un papel de cocina.
Mientras, ponemos a calentar abundante aceite de girasol en una sartén honda y cuando esté caliente, sin que llegue a humear, vamos cogiendo bolitas de masa y con el dedo hacemos un agujero en su centro, a medida que formemos las rosquillas las freímos en tandas hasta que estén doradas por ambos lados. El fuego no tiene que estar muy alto para que se hagan bien por dentro.
Cuando estén doraditas, las sacamos y colocamos sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite y antes de que se enfríen las rebozamos en azúcar.
Fuente: del blog El monstruo de las galletas
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