9 abr 2014

pasta fresca de calabaza


Hacer pasta fresca en casa no es difícil y se puede hacer perfectamente sin máquina, tan sólo se necesita hacer una masa con harina, agua y sal, amasarla y estirarla con un rodillo... Eso sí nos llevará un poco de tiempo pero en cuanto se le coge el truco, en un plis, la tienes hecha. Como veís en la receta de hoy la masa va enriquecida con huevo y el agua se sustituye por un puré de calabaza, pero de igual manera podemos poner otra verdura como remolacha, espinacas...


ingredientes
200 g de harina
harina para estirar la masa
100 g de calabaza asada
1 huevo, 36 g sin cáscara
sal












elaboración
Con esta cantidad de ingredientes salen unos 350 g de pasta. 
Asamos la calabaza en el horno, cuando esté tierna la escurrimos bien y la trituramos. El puré tiene que quedar seco, si no es así lo ponemos en un cazo al fuego durante unos minutos.
Tamizamos la harina y la ponemos encima de una mesa (reservamos una cucharada), formamos con ella una corona, añadimos la sal y en el centro colocamos el puré y el huevo ligeramente batido. Con ayuda de un tenedor removemos y poco a poco incorporamos la harina, empezando por los laterales, hasta tener una mezcla de cierta consistencia. Después trabajamos la masa con las manos estirándola y doblándola varias veces hasta que quede homogénea, lisa y fácil de manipular.
Si vemos que la masa queda pegajosa añadimos poco a poco la harina que hemos reservado e incluso más, y si vemos que queda una masa seca ponemos un poco más de huevo o agua, todo dependerá de la humedad que aporte el puré de calabaza y de la harina que usemos ya que no todas absorben lo mismo.
Formamos una bola con la masa, la espolvoreamos con harina y la envolvemos en film transparente para que no se seque y la dejamos reposar en la nevera una media hora.













Transcurrido este tiempo, cortamos la masa en cuatro trozos y cogemos uno (el resto lo dejamos envuelto en el film de cocina para que no se reseque), espolvoreamos con harina la superficie donde vayamos a trabajar y empezamos a estirar la masa con el rodillo hasta formar una lámina, por el momento no es necesario dejarla muy fina.
A continuación enharinamos de nuevo la masa, pero sin usar demasiado para que no nos quede pesada y dura, la doblamos en tres partes, y la volvemos a estirar. Enharinamos ligeramente otra vez, repetimos de nuevo los plegados y la volvemos a estirar hasta tener una hoja tan fina como el papel o del grosor deseado.







Cortamos la masa en rectángulos si vamos a preparar canelones y si lo que vamos a preparar es pasta larga, una vez estirada la masa la enharinamos con abundante harina por ambos lados para que no se pegue y la vamos enrollando. Para terminar con ayuda de un cuchillo la cortamos del grosor que queramos y la desenrollamos. Dejamos reposar espolvoreada con harina para que no se pegue entre sí o la podemos colgar y dejar secar. Podemos improvisar un secador de pasta poniendo un palo de escoba o barra entre dos sillas.
Una vez seca ya solo nos queda cocerla durante 2 minutos en una cazuela con abundante agua hirviendo salada, sin aceite. Este tiempo es orientativo, pues dependerá del grosor que le hayamos dejado, de la humedad interior de la masa y de como nos guste, "al dente" o más cocida.
La escurrimos y dejamos que se enfríe.
Los canelones una vez cocidos los estiramos sin superponerlos sobre un trapo de cocina para que se sequen y ya los tenemos listos para rellenar.





Ahora como hago pasta de forma más continuada, me he comprado una máquina que me ayuda a la hora de estirar la masa y puedo hacer más variedad de cortes.Después de dejar reposar la masa, espolvoreamos la mesa de trabajo y cortamos la masa en cuatro trozos.
Cogemos un trozo, lo aplanamos con la palma de la mano intentando que sea de la anchura de la máquina de hacer pasta. Situamos el selector de la máquina en la primera posición, en la que los rodillos están separados a su distancia máxima y pasamos la lámina de pasta ligeramente enharinada por él. 
Doblamos la masa en tres partes, la espolvoreamos otra vez con un poco de harina y pasamos de nuevo por la máquina, la doblamos de nuevo en tres partes, y esta vez la giramos 90º y pasamos por la máquina. Disminuimos la separación entre los rodillos y continuamos pasando la lámina de masa entre los rodillos las veces que sean necesarias hasta que quede del grosor deseado. En la tercera posición, cortamos las láminas en dos, porque sino al pasarlas por la máquina quedarían muy largas.
Espolvoreamos de nuevo con harina y la cortamos en la forma deseada. Una vez cortada la ponemos a secar al aire tanto como queramos. Antes de cortarla podemos dejarla secar un poco, pero sólo un poco.















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