19 nov 2013

pasta fresca de espinacas


ingredientes
200 g de harina
1 huevo pequeño
60 g de espinacas frescas
1 cucharadita de sal
harina para estirar la masa

elaboración

Cocemos las espinacas durante 2-3 minutos, las refrescamos, escurrimos muy bien y trituramos, guardamos un poco del líquido por si nos hace falta añadir a la masa.
Hacemos un volcán con la harina, ponemos sal por todo el contorno y en el centro el huevo ligeramente batido junto con el puré de espinacas. Lo trabajamos todo hasta obtener una masa de color uniforme, lisa, brillante y fácil de manipular. Si
 vemos que nos queda seca y se nos quiebra, no todas las harinas absorben lo mismo, añadimos un poco más de huevo o un poco del líquido que hemos reservado. Si nos queda pegajosa añadimos un poco más de harina. Envolvemos la masa con film de cocina para que no se seque y la dejamos reposar 30 minutos.
Con estos ingredientes obtendremos unos 325 g de pasta. 

Para hacer placas de canelones o lasaña, cogemos una porción de masa, (el resto lo dejamos envuelto en el film de cocina para que no se reseque), la enharinamos un poco, pero sin usar demasiada harina para que no nos quede pesada y dura, y empezamos a estirarla, en mi caso con el rodillo, hasta dejarla de unos 3 mm de grosor, le damos la vuelta y seguimos estirando en sentido contrario hasta tener una hoja tan fina como el papel y de la que sacamos rectángulos, en mi caso de 14x10 cm. Imagino que este trabajo se simplificará mucho con la máquina para pasta. 
Una vez cortados los rectángulos, los vamos cociendo por tandas, unos pocos cada vez durante 2-4 minutos en abundante agua hirviendo salada, los escurrimos y los estiramos sin superponerlos sobre un trapo de cocina para que se sequen, y ya los tenemos listos para rellenar. 
Con esta cantidad de ingredientes me han salido 16 canelones hermosos. 




Para hacer ñoquis, cogemos pequeñas porciones y formamos churros de 1 cm de grosor, enharinamos un poco la mesa para evitar que la masa se nos pegue, pero sin usar demasiada harina para que la pasta no quede pesada y dura.
Cortamos los churros en pequeños trocitos de unos 2 cm de largo, y uno a uno les damos forma con ayuda de los dientes de un tenedor apretando con el pulgar ligeramente, los colocamos de nuevo en la mesa enharinada hasta terminar con todos, y ya solo queda cocerlos en abundante agua hirviendo con sal hasta que el ñoqui flote, los sacamos, escurrimos y colocamos en la salsa elegida.




Fuente de la pasta fresca verde: La cocina es... astucia, de Paola Loaldi.



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