Tartas de queso hay una gran variedad, unas que van al horno y otras que no lo necesitan, para mí, estas últimas que se hacen a base de cuajada o de gelatina son perfectas para el verano, las preparo con antelación de forma rápida y sencilla y al horno le doy vacaciones.
Esta tarta es todo un clásico de los recetarios, con la que disfrutaremos de este último domingo de verano, que mal que nos pese se acaba.
ingredientes
200 g de galletas
75 g de mantequilla
350 ml de nata de montar
50 ml de leche entera
400 g de queso crema
100 g de azúcar
8 g de gelatina neutra, 5 hojas
mermelada de frambuesa, higos,
fresa, membrillo...
elaboración
Para hacer la masa de galletas, colocamos estas dentro de una bolsa y las trituramos bien con ayuda de un rodillo. Las echamos en un bol y las mezclamos con la mantequilla reblandecida. Forramos con film transparente el fondo de un molde desmoldable para bizcochos de 24-26 cm de diámetro, extendemos la mezcla de galletas, la alisamos haciendo presión con el dorso de una cuchara o con los dedos hasta obtener una capa uniforme sobre el fondo. Guardamos en la nevera hasta que quede bien firme.
Para hacer el relleno hidratamos las hojas de gelatina en un poco de agua.
Mezclamos la nata con el queso crema, la leche y el azúcar de forma que no quede ningún grumo y calentamos un poco (la mezcla no tiene que hervir). Añadimos la gelatina remojada y escurrida a esta mezcla templada de manera que con el calor se deshaga, removemos bien hasta tener una crema homogénea y la vertemos sobre el fondo de galletas.
Dejamos enfriar bien en la nevera varias horas, hasta que todo quede bien cuajado, siendo lo más oportuno elaborarla de un día para otro.
Una vez fría la cubrimos con la mermelada de frambuesa o de cualquier otro sabor aligerada con unas gotas de agua y desmoldamos.
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