La mermelada de mora es toda una delicia, me encanta su color y por supuesto su sabor, una vez hecha se me olvidan los arañazos y las incómodas bolitas que se pegan a la ropa y que tanto cuesta quitar.
Además puestos a recolectar podemos coger unas pocas más y congelarlas en entero, así podremos disponer de ellas para hacer salsas, batidos o helados. Ahora también se pueden comprar en el mercado, pero la diferencia es clara, no?
ingredientes
1 kg de puré de moras
750 g de azúcar
elaboración
A la hora de hacer esta mermelada hay que tener en cuenta que las moras tienen muchas pepitas por lo que si queremos que nos quede una mermelada suave y sin pepitas hay que pasar la mermelada por un colador o pasapurés con agujeros muy pequeños para quitarlas. La cantidad de azúcar va acorde a la cantidad de puré de fruta que obtengamos una vez retiradas las pepitas. Esta cantidad irá en función también de como estén las moras y de si la mermelada nos gusta más o menos dulce y más o menos espesa.
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Lavamos bien las moras, bajo el chorro de agua, sin sumergirlas, si las hemos cogido con rabito se lo quitamos. Una vez limpias las ponemos en una cazuela ancha y grande con un poco de agua, las aplastamos un poco y las cocemos a fuego suave, removiendo regularmente para que no se peguen al fondo.
Cuando estén blanditas, las pasamos por un pasapuré que no deje pasar las pepitas y pesamos el puré de fruta que nos ha salido. Añadimos unos 750 g de azúcar por kilo de este puré. Ponemos de nuevo a cocer, sin olvidarnos de remover regularmente para que no se pegue. Una vez que empieze a hervir, bajamos la intensidad del fuego progresivamente hasta conseguir que la mezcla cueza a fuego lo más bajo posible durante una media hora, o más tiempo si queremos una mermelada más espesa. Hay que tener en cuenta que cuando se enfríe espesará mas.
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Para saber el punto de la mermelada, ponemos una cucharadita en un plato y lo metemos en el frigo. Una vez esté frio, si al inclinar el plato la mermelada se arruga, está en su punto. Si gotea, deberemos prolongar la cocción volviendo a hacer la prueba pasados unos minutos.
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Una vez la mermelada fría, rellenamos los tarros de vidrio hasta llegar casi al borde. Limpiamos el borde y los cerramos inmediatamente. A continuación los cocemos al baño María. Los colocamos en una cazuela grande, y para que no estén en contacto con el fondo colocamos un trapo doblado y entre ellos otro trapo, para evitar que se golpeen. Los cubrimos con agua templada, y los dejamos hervir durante 20 minutos (contados desde que comienza a hervir el agua). Los dejamos enfriar en el mismo agua y no los sacamos hasta que estén totalmente fríos. Una vez fríos, los sacamos, los etiquetamos y ya los podemos guardar.